Se elevará por encima del valor vacío del tiempo
Sus sonrisas serán por siempre adoradas
Tantos juegos, tantas palabras infantiles
Polizonas en un vínculo adulto
Gobernando mi nave
Melodías de sus olores retumbarán en quien la espera
Y ella ya no estará nunca sola.
Preguntará por mí, con interés escaso
El justo para no preguntarme directamente a mí
Ni buenos recuerdos, ni buenos deseos, ni nada
El todo enfrentado a la indiferencia
Caerán las estrellas fugaces
Desintegrandose como besos no cobrados
Dejando sólo oscuridad
Y ella ya no estará nunca sola.
Su silencio atronador
Más allá del fondo del mar
Su distancia hasta mi abismo
Secuestrada en los sueños inmune a Estocolmo
Cien desprecios negros como mil noches
Alguien morirá de pena o no
Vivirá de pena o se convertirá en medio ser
Y ella ya no estará nunca sola.
